Por segunda vez los Juegos tienen sede americana. Pero las acusadas distancias de la sede respecto a los equipos europeos, dado los medios de transporte de entonces, a lo que había que sumar la condicionante de tener que atravesar todo el país para llegar a la capital, propiciaron una baja participación de atletas, 1.131 en total, que suponía menos de la mitad que en los Juegos precedentes. 127 mujeres compiten en las pruebas y una moderna Villa Olímpica compuesta por 550 bungalós es destinada al alojamiento de los varones. Por primera vez se usará la tribuna de premiación de campeones con el consiguiente otorgamiento de medallas de oro, plata y bronce. Un magnífico Estadio, el Memorial Coliseum, dará solemne albergue a los actos y competiciones más importantes y en su día, cincuenta y dos años más tarde volverá a ser escenario de los Juegos Olímpicos con ocasión de la XXIII Olimpiada.
Memorial Coliseum de Los Ángeles 1932
Los resultados técnicos son óptimos, batiéndose cuarenta récords olímpicos y dieciséis del mundo. Causa sensación y asombro el equipo japonés de natación, integrado por jovencísimos nadadores que copan la mayoría de las pruebas de la especialidad, a excepción de la de 400 metros, que como honrosa excepción, es ganada por el norteamericano Clarence Linde Crabbe, que interpretará posteriormente al mítico «Tarzán» en el cine aunque consiguió mayor fortuna en la personificación del héroe espacial de los cómics infantiles «Flash Gordon». Un enjuto y fibroso finlandés, Matti Jarvinen, gana el lanzamiento de jabalina haciendo gala de un depurado estilo, y la torturante prueba de la maratón, tiene por primera vez un ganador hispanoamericano: el argentino Juan Carlos Zabala.
Juan Carlos Zabala (ARG)
La figura de los Juegos será la norteamericana Mildred Didrikson, más conocida por «Babe» Didrikson, medalla de oro en 80 metros vallas y lanzamiento de jabalina y plata en salto de altura. A los dieciocho años ostentaba tres récords del mundo en su haber, además de sus éxitos olímpicos, Babe fue proclamada como la mejor atleta del primer medio siglo1.
Mildred "Babe" Didrikson (USA)
Dato anecdótico en el desarrollo de los Juegos, de pensada y programada buena organización, lo constituyó la prueba de 3.000 metros obstáculos, en donde por indisposición del árbitro principal que dirigía el concurso, su sustituto cayó en el error de cálculo de hacer correr una vuelta más a los esforzados participantes, adversidad adicional que aunque no alteró el orden de ganadores, sí afectó de forma evidente a la calidad de los registros.
Medallas de los Juegos de la X Olimpiada - Los Ángeles 1932
Paavo Nurmi, el héroe finlandés de la media distancia, concurre a los Juegos inscrito en la prueba de maratón para la que se había preparado concienzudamente. Pero una acusación de profesional provoca su descalificación, que aunque aceptada para el momento, nunca fue admitida por su país que le permitió seguir compitiendo2.
En los concursos artísticos la programación cuaja al completo, compitiéndose en las modalidades de pintura, acuarela y dibujo, obras gráficas, escultura, relieves y medallas, arquitectura (planos ciudadanos y urbanismo deportivo) literatura y música, declarándose únicamente desiertos tres últimos premios3.
En Lake Placid entre los días 4 al 13 de febrero de 1932 se desarrolló la tercera edición de los Juegos de Invierno. Nuevas dificultades climatológicas complicaron el normal desarrollo de las competiciones, lo que fue suplido con una perfecta organización. Hubo descenso de participación por problemas de traslado de equipos. El noruego Birger Ruud gana la prueba especial de salto iniciando una serie de triunfos que le llevarían a su segunda medalla olímpica.
Fuente: DURÁNTEZ, Conrado: Las Olimpiadas Modernas, Madrid. 2004, pág. 31 y ss.
CONRADO DURÁNTEZ
Es Presidente de Honor del Comité Internacional Pierre de Coubertin, Presidente fundador del Comité Español Pierre de Coubertin, Presidente fundador de la Asociación Panibérica de Academias Olímpicas y también Presidente fundador de la Academia Olímpica Española y Miembro de la Comisión de Cultura del Comité Olímpico Internacional hasta 2015. Ha intervenido en la constitución de más de una veintena de Academias Olímpicas en Europa, América y África. Su vocación por el Olimpismo ha sido proyectada en constantes y numerosas intervenciones en congresos mundiales, conferencias y simposios diversos, así como en la publicación de numerosos artículos en periódicos y revistas especializadas nacionales y extranjeras dedicados al examen y estudio del fenómeno olímpico.
CITAS:
1 DURÁNTEZ, Conrado: El Olimpismo y sus Juegos, pág. 53.
FAURIA, Juan: Héroes olímpicos, pág. 61.
2 FAURIA. Juan: Op. cit, pág. 60.
HENRY, Bill: Historia de los Juegos Olímpicos, pág. 265.
3 THARRATS, J. G.: Op. cit., pág. 500.