Los Juegos de la VII Olimpiada suponen la reanudación de la marcha olímpica tras la contienda mundial que supuso la primera gran guerra. En razón a haber sufrido Bélgica de forma especial las dramáticas consecuencias de la guerra, se le concede a Amberes la organización de los Juegos1. Faltando a los principios fundamentales de la filosofía olímpica y lógicamente en contra de la opinión de Coubertin, las juventudes de los países de Alemania, Austria, Turquía, Bulgaria y Polonia, no son invitadas a los Juegos, al ser tachadas de beligerantes. También la Unión Soviética es excluida, situación en la que permanecerá treinta años2.
La participación en los Juegos marca un nuevo récord, al tomar parte 2.591 atletas pertenecientes a veintinueve países.
Dentro del orden de las ceremonias olímpicas, se introduce en estos Juegos la del juramento olímpico que pese a la novedad, era fórmula obligada en los Juegos de Olimpia, en donde se prestaba como acto inicial manteniendo los atletas el brazo extendido ante la estatua de Zeus al que prometían ser griegos, libres, no perseguidos por asesinato o sacrilegio, a la vez que se comprometían a guardar las normas de la competición3. En Amberes el elegido para formular el juramento en nombre de todos los atletas, fue el esgrimidor y waterpolista belga Victor Boin, quien lo pronunció con el texto siguiente:
«En nombre de todos los participantes, juro que seremos leales competidores durante los Juegos Olímpicos y que respetaremos las normas de los Juegos. Nuestra participación se caracteriza por una mente caballeresca, para mayor honor de nuestros países y gloria de los Juegos».
Victor Boin (BEL) pronunciando el 1er Jueramento Olímpico
Otra novedad de la ocasión, fue la presentación de la bandera olímpica con sus cinco anillos de colores entrelazados sobre fondo blanco, ideado personalmente por Pierre de Coubertin4.
En el terreno de las competiciones destacan dos grandes atletas finlandeses: Hannes Kolehmainen, triunfador en la Maratón, y Paavo Nurmi, que inició así su prodigiosa carrera de triunfos que lo llevaría a ser considerado como el mejor atleta de todos los tiempos. Un inglés gana la medalla de plata en los 1.500 metros lisos, es Philip Noel Baker, años después Premio Nobel de la Paz; y un remero norteamericano gana el doble título en las finales de doble scull e individual de skiff batiendo en ésta al británico Beresford. Indignado al haber sido despreciativamente calificado por los remilgados remeros ingleses como «obrero manual», después de su victoria, envió, como un lacónico y reivindicativo testimonio, su gorra verde empapada en sudor al rey inglés Jorge V. Era John Kelly, padre de la malograda artista y princesa Grace Kelly y de Jack Kelly que sería después también campeón5.
Paavo Nurmi (FIN)
España hace su debut oficial enviando sesenta y siete representantes a participar en las especialidades de atletismo, tenis, natación, tiro, polo y fútbol. El éxito corona la expedición, obteniendo dos segundos puestos en las dos especialidades de deporte por equipos y en la de fútbol surge la leyenda de la «furia española» con la frase de Belauste «Sabino, a mí el pelotón que los arrollo» pronunciada en el accidentado encuentro contra Suecia a la que eliminó en semifinales.
Medallas de los Juegos de la VII Olimpiada - Amberes 1920
Durante los días 18 al 30 de agosto de aquel año, Jaime Elías Juncosa y Santiago García Alsina, presentaron la Candidatura de Barcelona en el Ayuntamiento de Amberes, en donde se había reunido el COI para recibir las postulantas de los Juegos de la VIII Olimpiada. El Comité de Honor de la Candidatura, estaba presidido por S.M. D. Alfonso XIII, integrado por personas importantes e influyentes como el Barón de Güell, Jaime Mestres y Juan Gamper entre otros. Fue la primera opción barcelonesa a ser sede olímpica, cuyas ilusiones quedaron frustradas en la votación de la 19ª Sesión del COI desarrollada en Lausana, que adjudicó los Juegos de la VIII Olimpiada a París y los de la IX a Ámsterdam6.
Fuente: DURÁNTEZ, Conrado: Las Olimpiadas Modernas, Madrid. 2004, pág. 31 y ss.
CONRADO DURÁNTEZ
Es Presidente de Honor del Comité Internacional Pierre de Coubertin, Presidente fundador del Comité Español Pierre de Coubertin, Presidente fundador de la Asociación Panibérica de Academias Olímpicas y también Presidente fundador de la Academia Olímpica Española y Miembro de la Comisión de Cultura del Comité Olímpico Internacional hasta 2015. Ha intervenido en la constitución de más de una veintena de Academias Olímpicas en Europa, América y África. Su vocación por el Olimpismo ha sido proyectada en constantes y numerosas intervenciones en congresos mundiales, conferencias y simposios diversos, así como en la publicación de numerosos artículos en periódicos y revistas especializadas nacionales y extranjeras dedicados al examen y estudio del fenómeno olímpico.
CITAS:
1 THARRATS, J. G.: Historia do los Juegos Olímpicos, pág. 283.
2 COUBERTIN, Pierre: Memorias Olímpicas, págs. 158, 166 y 167.
3 DURÁNTEZ, Conrado: Olimpia, págs. 173 y 174.
4 THARRATS, J. G.: Op. cit., pág. 283.
5 DURÁNTEZ, Conrado: El Olimpismo y sus Juegos, pág. 47.
6 DURÁNTEZ, Conrado: Op. cit., pág. 47.